La inspiración, la tendencia, el contexto y la realidad: COLECCIÓN OTOÑO 2018
La tendencia de lo que es tendencia actualmente nos dice que como sociedad tenemos la necesidad de tocar cosas cálidas y agradables, suaves. Vivimos un día a día de tacto frío, pantallas, teclas, máquinas, etc. Comunicaciones online, WhatsApp, mensajes, mails, etc. Socialización virtual, redes sociales, chats, apps de contactos y juegos online. Y en el fondo creo que no es tan así, que seguramente todo se hace muy grande cuando hablamos de tendencias que marcan tendencia, y que no se puede generalizar. Que no todo es tan frío. No obstante si que poco a poco se puede ver como las máquinas (frías) hacen un hueco a las herramientas (manuales). Y el concepto cambia. Y la sociedad cambia. Nos preguntamos más de cerca qué pasa con este mundo que nos rodea y que debemos cuidar porque es la tierra que dejaremos los más pequeños. Palabras como reciclar, zerowaste, menos residuos, etc forman parte hoy de nuestro lenguaje habitual. También los hábitos en mayor o menor medida. Este cuidar el planeta también despierta el interés por nosotros mismos, creo que venimos de una crisis que nos ha hecho reflexionar y ha hecho cambiar ideas preconcebidas sobre el bienestar individual y colectivo, sobre cómo vivir el presente para vivir mejor, como ser más solidarios, más tolerantes …, etc. Choca un poco esta tendencia de necesidad de ternura y proximidad, cuando resulta que uno de los colores de la temporada es uno de la gama de los fríos. Da que pensar, ¿verdad? Al fin y al cabo, como todo, si te paras a observar tu alrededor y te miras un poco por dentro. Pero vaya, que inspirada en estas reflexiones viene la nueva temporada, la nueva gama de colores fríos buscando la ternura, la suavidad, y el equilibrio con la calidez. De la gama de tendencias he elegido el color Teal para que toda la vida me ha gustado! Los azules en general me gustan. El azul es el color de la serenidad por excelencia. Invita a la reflexión. Pero el Teal es la perla de la gama de azules. Tiene esa indefinición de azul-verde, verde-azul, aquella fuerza de color con muchas tonalidades posibles, algo tramposo y divertido a la vez. El azul profundo, el turquesa más oscuro, el color del agua mar adentro. Las gamas más claras y más frescas, más de costa, mar de olas, rocas y arena blanca. He elegido el gris y el negro de acompañantes. Los colores que para mí son invierno, frío, chimenea, montaña y excursiones en la naturaleza. Porque son ciudad, calles transitadas y cotidiano. Porque encajan con cualquier vestido, abrigo o zapatos.
Espero que la disfrutéis!